Adaptación de audífonos o implantes auditivos a niños o bebés. Cribado auditivo y pruebas audiómetricas para niños.
La audiología infantil consiste en la exploración de la audición en niños o bebés, diferenciada principalmente con la audiología en adultos en la metodología utilizada para la exploración y diagnóstico. Este tipo de exploración debe ser llevada a cabo por audioprotesistas especializados en la adaptación protésica de audífonos o implantes auditivos en niños, siendo necesarios dos profesionales en cada sesión para una correcta exploración hasta que el niño alcanza al menos los 5 años.
La realización de las pruebas audiométricas infantiles está condicionada por la edad del niño y la capacidad de atención, concentración, capacidad motriz, etc. Podemos destacar también la realización de pruebas objetivas como los Potenciales Evocados de Estado Estable y las Otoemisiones Acústicas que se realizan normalmente en los hospitales en el momento del nacimiento y no es necesario la participación activa del niño.
Podemos diferenciar el cribado auditivo a bebés con factores de riesgo. Podemos destacar entre otras muchas:
En los últimos años se realiza un cribado universal a todos lo recién nacidos en la mayoría de Comunidades Autónomas en España mediante pruebas objetivas, Potenciales Evocados y Otoemisiones Acústicas que ayudan a la detección de hipoacusias neurosensoriales o problemas conductivos en bebés sin factores de riesgo precedentes.
A pesar de los cribados, existen casos que no se detectan problemas auditivos, y que éstos pueden empezar a ser visibles en los meses sucesivos en las diferentes etapas de desarrollo.
Entre el 1º y 6º mes de vida, el bebé debe de llamarle la atención los ruidos, relajarse y dirigirse hacia la voz de la madre.
Entre los 3 y 6 primeros meses el bebé debe reaccionar con la aparición de un reflejo palpebral (abrir-cerrar los párpados) que a los 6 meses es similar a la de un adulto. Movimiento corporal tras las 2-4 primeras semanas de vida que se produzca ante la presentación de un ruido o «golpe» instantáneo.
A partir de los 6 meses el bebé debe ser capaz de girar la cabeza para localizar en el plano horizontal, de izquierda a derecha y realizar una localización frontal de sonidos. Comienza a balbucear intentando imitar ciertos sonidos o voces.
Desde el 6º mes hasta los 12 meses debería de realiza localización de la fuente sonora dirigiendo la mirada tanto en cualquier plano, horizontal o vertical (izquierda derecha , arriba abajo), localizar a alguien que lo esté llamando por su nombre y localizar sonidos breves e instantáneos con total normalidad.
A partir de los 12 meses hasta los 16 podrá señalar ruidos, objetos que el conozca al pedírselo, personas y balbucea de forma notable intentando hablar.
A partir de aquí se debe prestar atención a las emisiones vocales de el niño, si son nulas, debemos sospechar; podemos decir que con 2 años de edad debe de ser capaz de pronunciar al menos 10 palabras independientes y aumentando poco a poco llegando a las 50 palabras con 2 años y medio y pequeñas combinaciones entre 2 ó 3 palabras. A partir de los 3 – 3 años y medio normalmente empiezan expresarse más o menos con claridad.
Los primeros 6 meses y pasado las 2 primeras semanas, el estudio se realiza observando los «arcos-reflejos» ante la presentación de un estímulo. Como hemos comentado con anterioridad consiste en observar estos reflejos como el reflejo palpebral o cócleo muscular. (movimiento de los parpados o de alguna parte del cuerpo)
Desde de los 6 meses hasta los 2 años y medio el niño podrá ser explorado mediante pruebas audiométricas basadas en el condicionamiento ante la presencia de estímulos sonoros. Consiste en condicionar al niño ante la presencia de un estímulo sonoro un muñeco se movará con luces de colores, un tren o coche. Jugando con el niño y distrayéndole, podremos presentar un estímulo sonoro para ver si el niño lo escucha y hace un giro para buscar el muñeco que utilizamos para el condicionamiento.
Desde los 2 años y medio hasta los 5 el niño podrá participar de forma más activa, se pueden realizar pruebas de exploración mediante el juego, en el que podremos condicionar al niño para que ante la presencia de un estímulo sonoro, introduzca una pelota en un cubo. También pruebas de discriminación verbal en el que se presentan palabras a diferentes intensidades de objetos comunes y fáciles para su edad; con un puzzle el niño deberá de colocar la pieza pieza de la figura que le hayamos dicho, por ejemplo un paraguas, pelota.
A partir de los 5-6 años por lo general podremos realizar audiometrías al igual que en un adulto, siendo necesario en ocasiones varias sesiones al igual que en el resto de etapas nombradas con anterioridad.
En el caso de detectarse algún problema auditivo, la adaptación de audífonos o implante es primordial realizarla cuanto antes, siempre y cuando no exista solución quirúrgica y contra-indicaciones para la adaptación de la prótesis auditiva. La realización de una adaptación temprana permitirá un mejor desarrollo sobre todo en el lenguaje y una buena integración del niño. Diversos estudios certifican que la adaptación realizada en los 6 primeros meses de vida consiguen mejores resultados al cabo de los pocos años que aquellos niños que sean adaptados después de cumplir el año de vida.