La tecnología 3D cada vez tiene más aplicaciones en la salud. Una de las últimas se ha materializado en un implante de titanio impreso en tres dimensiones para reconstruir la caja
Cirujanos españoles implantan una prótesis torácica obtenida con una impresora en 3D desarrollada por una empresa australiana
Cada vez es más frecuente el uso de prótesis impresas en el campo de la medicina
La tecnología 3D cada vez tiene más aplicaciones en la salud. Una de las últimas se ha materializado en un implante de titanio impreso en tres dimensiones para reconstruir la caja torácica de un paciente español. El afectado, de 54 años, había perdido el esternón y parte de las costillas por culpa de un tumor, un sarcoma que agredió significativamente dicha zona. Un equipo de cirujanos torácicos del Hospital Universitario de Salamanca decidió dar el paso y usar un implante en 3D en lugar de las prótesis habituales. El paciente fue dado de alta sin complicaciones.
«A nivel fisiológico, la mejoría es mayor. Se nota en la función respiratoria», afirma Gonzalo Varela, jefe del grupo de especialistas implicados en la intervención.
Desde 2013, el paciente se quejaba de «dolor paraesternal derecho». Tras la exploración física se observó una tumoración de ocho por ocho centímetros. «Este tipo de sarcomas (hay unos 100 diferentes) que vienen del cartílago del hueso suelen ser quimiorresistentes, el único tratamiento posible que hay es la extirpación del tumor mediante cirugía completa de toda la región», explica Josefina Cruz Jurado, oncóloga médica del Hospital Universitario de Gran Canaria, miembro de la SEOM y vicepresidenta del Grupo Español en Investigación en Sarcomas (GEIS). Por este motivo, el equipo médico decidió proceder directamente a la eliminación del tumor.
Dependiendo del caso, argumenta Ana María Gómez, vicepresidenta de Cirugía torácica de SEPAR, «es necesario realizar resecciones amplias, con borde tumoral libre, es decir, cortando tejido sano para evitar recidivas, como las costillas y el esternón». Por eso, después hay que reconstruir la zona, incluyendo también parte del tejido blanco (músculo y dermis).
Esta reconstrucción se suele «hacer con prótesis de titanio u otros materiales estándar. Entre las distintas medidas disponibles de cada casa, elegimos la más adecuada y después recortamos y moldeamos para adaptar los implantes a cada paciente», señala esta experto. Lo que ocurre con estas prótesis convencionales, destacan los médicos del Hospital Universitario de Salamanca, es que suelen dar problemas de fijación por la zona de enganche con las costillas.
«Cuanto más específico y personalizado sea el diseño del implante, mejor será la movilidad armónica de la caja torácica (es muy importante mantener su elasticidad) y mejor será, por lo tanto, la función respiratoria», expone la doctora Gómez.
Con el objetivo de superar estos condicionantes, José Luis Aranda, del servicio de cirugía torácica del hospital salmantino, ideó el diseño de la pieza torácica a la medida del paciente y optar por su impresión en 3D. Para ello, explica Varela, «nos pusimos en contacto con una empresa australiana (Anatomics) que fabrica prótesis a medida. Aproximadamente hace un año, «les enviamos el escáner del paciente con sarcoma (con tecnología de alta resolución). Mediante técnicas de imagen, ellos ‘eliminaron’ el tumor y reconstruyeron el esternón y las costillas, lo imprimieron en titanio y nos lo enviaron». Todo en una pieza preparada a la medida del paciente, con medidas exactas de su dimensión, forma y curvatura. La compañía Lab 22 se encargó de la impresión con una impresora que cuesta cerca de un millón de dólares. «La prótesis encajó perfectamente», recalca Varela.
A los tres días de la intervención, relata el artículo publicado recientemente en la revista de la sociedad Europea de cirugía Torácica, «la radiología simple de tórax demostró la ausencia de complicaciones, una morfología torácica normal y excelentes resultados cosméticos […] El paciente recibió el alta domiciliaria al décimosegundo día tras la cirugía con mínimo dolor bajo tratamiento analgésico».
En definitiva, «es un considerable avance», opina la vicepresidenta de SEPAR. «Los implantes con medidas exactas facilitan una recuperación más rápida y mejor movilidad», agrega. En el caso de la caja torácica, se traduce en una «mejor función respiratoria».
En la misma línea, comenta la oncóloga Cruz Jurado, «es estupendo haber conseguido un implante con características tan similares al hueso natural. Con esto, además de lograr aumentar las probabilidades de curación, también se reducen las posibles secuelas que pudieran derivar de una cirugía de este calibre a la hora de afrontar el día a día».
En vista de los resultados, los expertos esperan repetir la experiencia. «Aunque este caso ha sido extraordinario, lo que vamos a intentar es usar esta técnica cada vez que hagamos una reconstrucción de este tipo, porque funciona bien, mucho mejor que la convencional», señala Varela.
Probablemente, puntualizan los expertos consultados por EL MUNDO, en el 99% de los casos que requieren una reconstrucción de la caja torácica, la causa es un sarcoma óseo. En general, señala Cruz Jurado, «los sarcomas son poco frecuentes, menos de seis casos por cada 100.000 habitantes y concretamente este subtipo, suele ser muy raro».
El coste del diseño de la prótesis, realizada a medias entre Anatomics y los expertos del Hospital Universitario de Salamanca, fue de aproximadamente 5.000 euros. Por tanto, no es una opción terapéutica que vaya a utilizarse masivamente.
Éste no es el primer implante que se realiza a partir de impresoras 3D. Hace más de un año, una paciente holandesa fue la primera persona del mundo en recibir una prótesis completa de cráneo elaborada gracias a una impresora 3D y compatible con su organismo. La joven tenía 22 años y padecía una enfermedad que comprimía progresivamente su cerebro (su cráneo se había engrosado unos cinco centímetros) y le provocaba grandes dolores y afectaba a su vida cotidiana. Con esta intervención se pretendía evitar la progresión del trastorno y que se viera afectada su capacidad cerebral o se deformara su rostro.
Otra de las prótesis 3D más espectaculares se realizó en junio de este año. La paciente era una niña que nació sin nariz. El doctor Jonathan Britto -del Great Ormond Street Hospital de Londres- propuso a los padres de la pequeña un implante de nariz fabricado en una impresora 3 D sin cicatrices. Se lo introdujeron por debajo de la piel desde una incisión en el cuero cabelludo. Así, con el tiempo, el implante será sustituido por otros adaptados al rostro de la niña según vaya creciendo.
Fuente: El Mundo