Más que una ‘superbola’ es una macropartícula recubierta de azúcar. Creada por investigadores españoles y específicamente diseñada para luchar contra el virus del ébola.
Más que una ‘superbola’ es una macropartícula recubierta de azúcar. Creada por investigadores españoles y específicamente diseñada para luchar contra el virus del ébola. Aunque se trata de un experimento en fase muy preliminar, aún inmerso en los tubos de ensayo de laboratorio, parece que abre un nuevo camino hacia el futuro tratamiento de otras infecciones que en la actualidad tampoco tienen terapia posible.
La idea nace de un descubrimiento realizado en el año 2002 por el equipo de Rafael Delgado, investigador del i+12 del Hospital 12 de Octubre de Madrid. Tal y como relata a este periódico, «llevamos años estudiando la interacción del virus del ébola con uno de los receptores (DC-SIGN) que se encuentran en las células dentríticas, unas de las más importantes en la respuesta inmunológica». Detectan el patógeno y se encargan de dar las primeras señales de alarma para desencadenar la reacción del sistema inmune.
Según observaron Delgado y sus colegas, en colaboración con otros grupos de científicos de EEUU, el receptor en cuestión, en lugar de desempeñar una función defensiva, en el caso del ébola actúa como vía de entrada del virus en el organismo. «Un aspecto clave en los primeros momentos de la infección», recalca el investigador español. A partir de ahí, el estudio del DC-SIGN ha ofrecido suficiente información como para diseñar una molécula capaz de bloquear dicho receptor e impedir así que la infección se haga efectiva.
Una novedosa estructura molecular creada por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto de de Investigación del Hospital 12 de Octubre i+12, de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados de Nanociencia, con la participación de las universidades de Estrasturgo (Francia) y Namur (Bélgica).
Consiste en la unión de 13 fullerenos recubiertos de carbohidratos que ha sido capaz de bloquear el receptor DC-SIGN e inhibir la infección de las células (in vitro). «Trabajamos con un modelo del virus del ébola seguro, sólo utilizamos una de sus proteínas (la glicoproteína de envuelta), que no puede replicarse, pero sí infectar la célula. Podemos manejar y explorar todo su comportamiento con tranquilidad», puntualiza Delgado.
«Los fullerenos son moléculas en forma de jaulas cerradas formadas exclusivamente por átomos de carbono», explica Nazario Martín, catedrático de Química Orgánica de la UCM y autor principal del estudio, publicado esta semana en la revista Nature Chemistry. En el trabajo, los científicos han usado el fullereno C60, que está formado por 60 átomos de carbono y tiene forma de icosaedro truncado, similar a un balón de fútbol.
Se trata de una estructura tridimensional recubierta de manosa, el mismo tipo de azúcar que tiene el ébola en su superficie», argumenta Javier Rojo, investigador del CSIC en el Instituto de Investigaciones Químicas en Sevilla. Dicho azúcar es relativamente infrecuente en las células humanas, pero muy característico del virus del ébola. Es como la ‘llave’ del virus para entrar por el receptor DC-SIGN. Si la ‘cerradura’ ya está bloqueada por otra ‘llave’, ya no es bienvenido. En definitiva, se ensamblan doce fullerenos, cada uno de ellos con 10 azúcares, sobre otro fullereno central, dando lugar a una superestructura globular con 120 azúcares en la superficie.
Los resultados son muy esperanzadores, al menos en el laboratorio (en los cultivos de células in vitro). Esta macromolécula de diseño tiene una «extraordinaria actividad antiviral» que se encuentra en el rango nano-molar, es decir, que el compuesto se podría diluir mil millones de veces en un medio líquido y sería capaz de mantener la eficacia del bloqueo del receptor para evitar la entrada del virus en las células.
No obstante, recuerda Delgado, este es sólo un primer paso. Después, habría que probar la ‘superbola de azúcar’ en modelos de infección con virus completos en animales de experimentación (empezando con ratones). «Ya hemos iniciado contactos con los pocos laboratorios que existen en el mundo con capacidad para trabajar en este sentido, manejando un virus como el del ébola».
Esta estructura multiglobular es un innovador sistema que podría combatir las infecciones producidas por otros patógenos (además del ébola) para los que las terapias actuales no son efectivas o simplemente no existen. Como señala Delgado, «la mayor parte de las medicinas de hoy en día son moléculas muy pequeñas. El diseño de este tipo de macromoléculas podrían dirigirse de forma casi teledirigida a células concretas y dar respuesta a infecciones que hoy no la tienen».
Fuente: El Mundo